Abraham, para que fuese conocido como el padre de la Fe, no fue solo porque creyó y obedeció. Él fue probado en muchas situaciones. Pero la más severa de todas definitivamente fue la que Dios le dijo: “ofrece a tu hijo en holocausto”. Abraham sabía lo que era esperar, obedecer y hacer un altar.
Toda la enseñanza que vemos en el antiguo testamento la vemos cumplida en el nuevo testamento en nuestro Señor Jesucristo.
“Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo” Génesis 22:3
En este versículo vemos que Abraham no espero que pasara el día. Se levantó muy de mañana, preparó su asno, llevó 2 criados, y a su “cordero” que Dios le había pedido para sacrificar. El mismo cortó la leña para el holocausto. Al ver esto como sombra en el antiguo testamento lo vemos revelado en el nuevo testamento.