Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Abraham, para que fuese conocido como el padre de la Fe, no fue solo porque creyó y obedeció. Él fue probado en muchas situaciones. Pero la más severa de todas definitivamente fue la que Dios le dijo: “ofrece a tu hijo en holocausto”. Abraham sabía lo que era esperar, obedecer y hacer un altar.
Toda la enseñanza que vemos en el antiguo testamento la vemos cumplida en el nuevo testamento en nuestro Señor Jesucristo.
“Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo” Génesis 22:3
En este versículo vemos que Abraham no espero que pasara el día. Se levantó muy de mañana, preparó su asno, llevó 2 criados, y a su “cordero” que Dios le había pedido para sacrificar. El mismo cortó la leña para el holocausto. Al ver esto como sombra en el antiguo testamento lo vemos revelado en el nuevo testamento.
Analice los siguientes versículos paralelos del Antiguo Testamento AT y el Nuevo Testamento NT
AT– Génesis 22:2: “Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac…”
NT– “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,” Juan 3:16
AT – Génesis 22: 6: “Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo…”
AT – Génesis 22:7: “… ¿dónde está el cordero para el holocausto?”
NT – “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29
La provisión mas importante para nuestras vidas ya fue dada por nuestro Padre Celestial, Jesucristo el cual por medio de su sacrificio en la Cruz nos ha dado vida eterna.
Dios es rico en misericordia, grande en amor y nos ha dado a su único Hijo. Y con Cristo tenemos todas las cosas. Dios es Dios de provisión. Hoy y siempre podemos decir: Jehová-Jireh
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos 8: 32
Para reflexionar.
¿Hay algo más valioso que la salvación del alma?
¿Está dispuesto a entregarle a Dios lo que Él le pida?