Altares de Adoración: Somos piedras de valor

Altares de Adoración: Somos piedras de valor

"El Padre Celestial nos ve como piedras vivas, piedras preciosas, piedras de valor"

1 Pedro 2:4-5 

Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

Un pescador en Filipinas durante una tormenta lanzó su ancla al mar, esta se atascó en lo que era una piedra. Al sacarla pensó que era una almeja gigante. El peso de esta “almeja” era de 34 kilos (aproximadamente 75 libras) y la medida era de 12 pulgadas de alto por 26 pulgadas de ancho. La guardó durante 10 años en su casa, como un amuleto de buena suerte. Para el era solo un amuleto. Un día su casa se incendió, y perdió casi todo. Al mudarse decidió deshacerse de algunas cosas y llevó su “almeja gigante” al departamento de turismo de su localidad. Ellos al examinar se dieron cuenta que no era una almeja sino una perla gigante valorada en mas de 100 millones de dólares.

El mundo ha desechado a Jesucristo, no han visto el valor del Hijo de Dios, dice la escritura que la Piedra Viva fue desechada por los hombres, mas para Dios, Cristo es la Piedra del Angulo escogida y preciosa. Y a nosotros, sus hijos, El Padre Celestial nos ve como piedras vivas, piedras preciosas piedras de valor. Las piedras vivas tenemos un propósito divino:

“sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” 1 Pedro 2: 5

"El altar debemos de cuidarlo, como Dios cuida de nosotros"

Algunos creyentes sufren que buscan en otras personas la aceptación, porque han sufrido el menosprecio y ellos mismos creen que no valen nada, más para Dios somos piedras vivas, piedras de valor.

Dios espera de nosotros que nos edifiquemos en su Palabra. Somos casa donde habita el Espíritu Santo de Dios y somos coherederos con Cristo Jesús (Romanos 8:17). Teniendo muy claro que somos casa del Espíritu Santo, que somos sacerdocio de la realeza celestial, entonces debemos de ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios.

"Nuestro altar no debe de ser un símbolo religioso. Nuestro altar debe de ser el lugar de manifestación del Dios vivo"

El altar debemos de cuidarlo, como Dios cuida de nosotros. El altar tiene un valor muy importante para Dios, de la misma manera debemos de valorarlo nosotros. Que nos pase como el pescador que encontró la perla gigante y la guardó como si fuera un amuleto. Nuestro altar no debe de ser un símbolo religioso. Nuestro altar debe de ser el lugar de manifestación del Dios vivo.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Como crees que Dios te ve?
  • ¿Entiendes tu sacerdocio?
  • ¿Haces sacrificios espirituales?