Altares de Adoración: Ofrezco lo que más valoro
“no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada”
2 Samuel 24:24-25 “Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.
Cuando no confiamos en la cobertura de Dios, es muy probable que busquemos ayudas, soportes o alianzas externas. El rey David había mandado a realizar censo de su ejército. Esto desagradó a Dios. A pesar de que el general Joab le cuestionó sobre el censo (2 Samuel 24: 3) David estaba empeñado en saber con cuantos soldados contaba.
Probablemente David estaba pasando un momento donde su fe estaba siendo probada, eso hizo que pecara al no confiar en Dios. A pesar de que habían más de nueves meses (tiempo que tardaron en hacer el censo) el rey reaccionó y reconoció su pecado (2 Samuel 24: 10). A lo cual Dios envió al profeta Gad y le dio tres opciones a David: Leer 2 Samuel 24: 12-13
David dijo es mejor caer en manos de Dios que sus misericordias son muchas y escogió una peste de tres días. Vemos que Dios también se arrepintió de aquel mal (2 Samuel 24: 16)
Al David arrepentirse, se volvió a Dios, y El Señor le envió al profeta, el cual le dijo que levantara un altar. David entendió que no podía hacer cualquier altar, y de ahí la frase de David: “no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada”. Así compró el terreno y los bueyes por cincuenta siclos de plata.
Por lo general se tira a la basura lo que no sirve o lo que no vale. Hay un decir: “Si lo que vas a dar no te cuesta nada, probablemente tampoco vale nada”.
Posiblemente dedicamos más tiempo para los amigos, la familia o el entretenimiento, pero no hay tiempo para cultivar nuestra relación con Dios.
El tiempo, el esfuerzo por lo que nos agrada y el dinero lo invertimos más en la vida terrenal que en la vida eterna.
Para reflexionar.
Si tuviera que poner en una balanza su relación con Dios y su familia ¿cuál pesa más?
¿Le damos a Dios lo que más valoramos?
¿Le damos a Dios lo que mas nos cuesta o lo que nos sobra?
Para sacar mas provecho a este devocional, haga sus anotaciones en su libreta y compártalo con mas personas.