34 Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros; como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. 35 El amor mutuo entre ustedes será el distintivo por el que todo el mundo los reconocerá como discípulos míos.
Hoy día con todo lo que está pasando de regresar a la “normalidad” a nivel mundial muchas personas se tornan frías, defensivas y egoístas buscando su propio bien. La situación llevó a la población a aislarse olvidando cómo convivir los unos con los otros en amor. Pero usted que es hijo de Dios debe recordar un nuevo mandamiento que te fue dado y se debe obedecer. Por qué no se debe ver las cosas como el mundo las ve. Si no en amor mutuo, es amar compasivamente. Es buscar el bienestar de otros y no el propio.
Jesús nos dijo: amarás a su enemigo, el no dijo no que lo odiaras ni que lo despreciaras, él mandó amarlo. Cumpliendo con este mandamiento testifica de Jesucristo, así verán que eres discípulo de Jesucristo. Es la manera más grandiosa de hablar de Jesucristo. Demostrando nuestro amor para con mis hermanos y aquellos que aún no conozco.
…el que todo el mundo los reconocerá como discípulos míos.
La clave para comprender esto sobre el amor es saber que este amor viene de la palabra griega ágape, refiriéndose al amor para expresar el amor de Dios, es un amor caritativo, compasivo y de buena voluntad, benevolente; No es tanto una cuestión de emoción es tener una preocupación desinteresada para otro y disposición para buscar lo mejor para otro.
Él nos mandó hacerlo, es su decisión hacer lo que Jesús nos mandó hacer como discípulo que eres de Cristo.
Por tanto, Dios espera que seamos una parte funcional en la iglesia, pero sobre todo que nos amemos unos a otros. Que podamos perdonar y amar sin interés propio y que se cumpla Su propósito en la iglesia.
…el que todo el mundo los reconocerá como discípulos míos.
Jenifer Peraza junto a su esposo Eduardo son los pastores fundadores de Casa de Adoración Jesucristo el Libertador, en Killeen Texas.